http://maisondelapoesie-annecy.over-blog.fr/article-exposition-vetue-d-amour-d-enan-burgos-du-1er-sept-au-19-oct-2012-109375809.html

 

 

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PATIO EN EPIFANÍA
La palabra epifanía viene del griego επιφάνεια (acción de mostrarse o aparecer por encima, manifestación en la superficie; también aparición de un dios o manifestación mágica o de un poder divino). En el ámbito cristiano el vocablo epifanía hace referencia a la tradición de la adoración de los Reyes Magos al recién nacido Jesús, que entre los católicos se celebra el 6 de enero, pues se considera que es la primera manifestación de su divinidad a los no judíos. En relación con la muestra ofrecida en este patio, de estas dos definiciones la que más nos interesa indiscutiblemente es la primera. Existe otra que ha servido de pauta a la obtención de nuestro “milagro”, la del escritor irlandés James Joyce, quien nos habla de “momento epifánico”: momento de sublimidad de una percepción que va más allá de lo cotidiano y de lo sensorial. Y precisamente cuatro actos han sido creados para que concuerden estimulando los múltiples sustratos de nuestra psique.
La primera de las obras, “Epifanías”, se halla a la entrada del patio. Colgadas sobre cuatro alambres destinados en su uso cotidiano para tender ropa, siete pinturas; sobre un fondo geométrico, para no decir abstracto ni cubista, se sobreponen dos elementos: el uno como aparición, la figura, el otro como signo, los fragmentos o versos de algunos poetas del Siglo de Oro español, místicos y barrocos, tales como: San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Lope de Vega, Pedro Espinosa… más tardíos, Federico García Lorca (valga la pena señalar la influencia que Góngora ejerció sobre su estilo poético), y para cerrar con broche de oro este ramillete de destellos ilustres, una cita del filósofo materialista Carlos Marx, quien, en apariencia opuesto a todo idealismo, rinde homenaje a la condición femenina: “El progreso social puede ser medido por la posición social del sexo femenino”. Se podría concluir la presentación de este espacio pictórico con un arriesgado postulado: el pensamiento de Marx le abre las vistas a la epifanía social.
Siguiendo hacia el fondo del patio, otro espacio pictórico alejado en apariencia de nuestro tema: “Sexo sin amor”; dicho título nos conduce directamente a la idea de que el hombre es el único animal que relaciona el sexo con el amor, los otros animales, en este caso las aves, o se hacen los locos o simplemente no lo saben. Para no ser tan extenso y dejarle un fulgor de libertad a la visión del espectador, concluyamos la reflexión sobre este espacio con una frase de Pascal Quignard, extraída de su libro luminoso, “La Nuit Sexuelle”: “El pájaro quita la rama del árbol sobre la cual se posó. Desaparece. Se eclipsa en la noche”.
En el puro centro del patio, un mito Dogón se renueva, la epifanía se realiza: “El hormiguero es el sexo de la tierra”. El “prodigio” florece por encima de la corteza del palo de mango, sobre las flores blancas y lívidas de los anthurium con sus pistilos fálicos a la redonda… La Noche Sexual de este modo se aviva, Dionisos garrapatea su carnal poema sobre los pétalos de la escena original, que abierta totalmente de patas nos muestra la hendidura y nos invita a copular como los perros en las calles. Un regalo uterino del Dios Hipnos.
Y para engendrar el rapto inicial, colgado sobre otro alambre a la izquierda de la entrada y colindando con la reja negra –color peligroso– que separa el patio del resto de la casa, se puede entrever un poema moral enmarcado por la enredadera almizclada que aquí llaman satíricamente  carácter del hombre: “Pobre Mundo Corrupto Ética Por Favor”. Un enredijo de líneas rojas y recias sobre un fondo gris –color elegante–, donde un grafismo erguido nos invita a volvernos humanamente más decentes. El grado Zero de nuestra esencia divina.     
Una luz inherente tamizando todo el patio nos invita entonces a ser nocturnos, a dejar afuera las apariencias y a vivir felices, conjuntamente, este efímero instante de επιφάνεια.

ENÁN BURGOS ARANGO

 

 

VESTIDA DE AMOR:

He querido con esta tentativa pictórica, entre pasión y razón, hacerle un homenaje a la palabra poética, la cual por esencia debe ser desnuda y sin florituras. Desnudez cruda, sin prejuicios ni mentiras, viva, insumisa bajo el ardor del silencio que la dora llevándola sobre la ola del eros.  Palabra que se escapa, huyéndole sobre todo a los discursos que la enclaustran; también confusa y oscura como venida de un caos inaudible, pero visible para quienes reconocen el esplendor bajo la piel de la apariencia. Voz divina de dioses,  escritura táctil  y sonora alejada del yo, los poetas durante siglos, cada uno a su manera, la acopian y diseminan sobre el pliego inhabitado. Sin embargo, el cuerpo no es el templo de religiones. Sería más bien ese jardín pagano donde musas y poetas intercambian, entre fuentes y cascadas, sus éxtasis fulgurantes. Esplendor que engloba a su vez lo tangible y lo impalpable, rindiéndole culto a Orfeo. Y son precisamente, a los herederos de ese dios seráfico, que aquí solicito, para celebrar como se debe, la magnificencia de la poesía. Comencemos por los más ancianos en su orden: Pierre de Ronsard, Juan de la Cruz, Juan Ramón Jiménez, Paul Valéry, Marina Tsvetaeva, René Char, Eduardo Sanguineti, Salah Stétié y este servidor de musas y de ninfas que siempre he sido con el pincel o la pluma en la mano. Para terminar este introito necesario lo haré citando algunos párrafos del fabuloso libro de Fabrice Midal, el cual recomiendo a todos: “Por qué la poesía?”. “El poeta es pues el hombre del amor extremo. ¿Pero por qué? Porque el amor nos arranca de nosotros mismos, nos incita a lo imposible, hace estallar los estrechos límites en los cuales vivimos prisioneros.  Amando, el poeta no se pertenece más. Hay en él, alguien que es más él mismo, que él… Amar, es tomar el riesgo de entrar desnudo en lo desconocido. Estar dispuesto a perderlo todo. A darlo todo. A todo recibir… ¡El poeta sabe que el coraje más grande es amar verdaderamente! ¡He aquí la gran lección de la poesía! ¡Y su insoportable presencia! Bueno, los dejo al fin en compañía de esos cuerpos desnudos y diáfanos, que nos entregan su quintaesencia sin esperar ningún consuelo. ¿Acaso vivimos en un mundo sin amor? Sin amor y sin cultura diría Orfeo haciendo llora de amargura su lira. Por eso he pintado dichos cuadros, con la esperanza, sin ofuscar a nadie, de estremecer corazones.

ENAN BURGOS

VÊTUE D'AMOUR :

J'ai voulu avec cette tentative picturale, entre passion et raison, rendre  hommage à la parole poétique, qui par essence doit être nue et sans fioritures. Nudité crue, sans préjugés ni mensonges, vive, insoumise sous l'ardeur du silence qui la dore en l’emportant sur l’onde de l’éros. Parole qui s'échappe, en fuyant surtout les discours que l'emprisonnent ; confuse et obscure comme venue d'un chaos inaudible, mais visible pour ceux qui reconnaissent la splendeur sous la peau des apparences. Voix divine des dieux, écriture tactile et sonore détachée du moi, les poètes durant des siècles, chacun à sa manière, l'accueillent, la disséminent sur la feuille inhabitée. Cependant, le corps n'est pas le temple des religions. Ce serait plutôt ce jardin païen où des muses et des poètes échangent, parmi fontaines et cascades, leurs extases fulgurantes. Splendeur qui englobe à son tour le tangible et l'impalpable, rendant culte à Orphée. Et ce sont précisément, les héritiers de ce dieu séraphique, que je sollicite ici pour célébrer, comme il se doit, la magnificence de la poésie.  Commençons par les plus anciens : Juan de la Cruz, Pierre de Ronsard, Juan Ramón Jiménez, Paul Valéry, Marina Tsvétaïeva, René Char, Eduardo Sanguineti, Salah Stétié et ce serviteur de muses et de nymphes que j'ai toujours été avec le pinceau ou la plume à la main. Pour terminer cet introït nécessaire, je le ferai en citant quelques paragraphes du livre prodigieux de Fabrice Midal que je vous recommande : "Pourquoi la poésie ?". "Le poète est donc l'homme de l'amour extrême. Mais pourquoi ? Parce que l'amour nous arrache à nous-mêmes, nous pousse à l'impossible, fait éclater les étroites limites dans lesquelles nous sommes emprisonnés. Aimant, le poète ne s'appartient plus, il y a en lui quelqu'un qui est plus lui-même que lui... Aimer, c'est prendre un risque et entrer dénudé dans l'inconnu. Être prêt à tout perdre. A tout donner. A tout recevoir... Le poète sait que le plus grand courage est d'aimer vraiment ! Voilà la grande leçon de la poésie ! Et son insupportable présence !"… Alors, je vous laisse enfin en compagnie de ces corps nus et diaphanes, qui nous livrent leur quintessence sans attendre aucun réconfort. Peut-être vivons-nous dans un monde sans amour ? Sans amour et sans culture, dirait Orphée faisant pleurer d’amertume sa lyre. En dépit d'apparences, c'est pour cela que j'ai peint ces toiles, avec l'espoir, sans offusquer personne, d'ébranler les cœurs.

ENAN BURGOS

 

"DIONYSOS & BACCHANTES"

Exposition itinérante

 

"La tragédie des Bacchantes, c'est d'abord la fête qui tourne mal. Et on ne peut pas s'étonner de cette

évolution fâcheuse puisque la bacchanale que nous contemplons n'est autre que la bacchanale originelle,

c'est à dire la crise sacrificielle." René Girard, "La violence et le sacré".

 

Bacchante et ibis, 94 x 104 cm, acrylique sur carton, juillet 2010

Bacchante et ibis, 97 x 104 cm, acylique sur carton, juillet 2010

 

Dionysos, 107 x 94 cm, technique mixte sur carton, juillet 2010

Ariane, 107 x 94 cm, technique mixte sur carton, juillet 2010

 

Bacchante Cronis, 25 x 25 cm diamètre, août 2010

 

Bacchante Cleia, 25 x 25 cm diamètre, août 2010

 

Bacchante Eudora, 25x25 cm diamètre, août 2010

 

Perséphone, 107 x 94 cm, technique mixte sur carton, juillet 2010

 

ce n'est pas la fiction

c'est le sens qui se fait jour

mais qui surtout remplit la solitude d'extase

sans commune mesure avec la pornographie ordinaire

réalité glaciale qui nous dresse et nous dévore

tout est décharné même l'art

l'art doit donner l'exemple et accueillir l'éros

joyeuse victoire sur la mort

Enan

 

Dans une époque si dénuée de sens ou la crainte de l'autre fait loi,

revendiquer la figure de Dionysos me semble essentiel, puisque

cette figure est l'un des mythes fondateurs majeurs de notre culture,

d'autant plus qu'il trace un trait d'union entre l'orient et l'occident.

Sa magie séculaire, malgré le simulacre et la névrose ambiante,

nous saisit à chaque instant, avec ardeur ou douceur

et dans les cas extrêmes nous pousse à devenir

victime de son rite sacrificiel.

Acte que René Girard souligne si bien dans son excellent livre

"La violence et le sacré" :

"Il s'agit, Durkheim l'a bien compris, de vivifier et de renouveler

l'ordre culturel en répétant l'expérience fondatrice, en reproduisant

une origine qui est perçue comme la source de toute vitalité

et de toute fécondité : c'est à ce moment-là, en effet, que l'unité

de la communauté est la plus étroite, que la crainte de retomber dans

la violence interminable est la plus intense... plus loin,

La fête repose sur une interprétation du jeu de la violence qui suppose

la continuité entre la crise sacrificielle et sa résolution".

Mais comment chasse-t-on le diable ou les mauvais esprits?

La pièce d' Euripide "Les bacchantes" rend compte de ce problème.

Elle parvient à décrypter la puissance bénéfique et maléfique qui se cache

derrière l'aspect d'un bel adolescent. Il ne faut surtout pas oublier,

que plus tard, idéalisé par les poètes, Dionysos devint un jeune homme

efféminé figurant le dieu des arts, de la musique, de la danse,

 

le compagnon des Grâces envoyé par les dieux compatissants,

afin d'aider les hommes à supporter leur triste sort, dissiper leurs chagrins,

leur apporter la joie. Acquérant un aspect cosmique, il remplit une fonction

humanitaire s'étendant à l'univers entier.

Qui sont ses Bacchantes ?

Dites les déchaînées, originellement prêtresses de la Lune qui,

voulant prouver la domination de la femme sur l'homme et défier les prêtres

de Zeus et d'Apollon sur leurs sommets déserts et froids, s'approprièrent

l'ancien culte de Dionysos, en lui donnant un aspect sanglant et redoutable

(on les appela alors les Ménades). Installées dans la solitude des vallées

profondes et sauvages, elles apprivoisaient lions et panthères et en faisaient

l'attraction de leurs fêtes. Ces séductrices-magiciennes portaient des

serpents enroulés autour des bras, exécutaient des danses érotiques

voluptueuses qui devenaient rapidement des rondes frénétiques.

Puis elles appelaient Dionysos "au double sexe et à face de taureau" .

Mon exposition leur rend hommage. Je suis de plus en plus convaincu,

que seul ces bacchantes pourraient nous libérer actuellement du joug

qui nous opprime. Lié à la consommation, au culte des nouveaux

médias, aux mensonges à répétition de ceux qui nous gouvernent

et qui sont au service de sournois démons prédateurs.

Enfin, je sens que l'heure de réveiller Dionysos a sonné,

je serais son fils et son serviteur !

Enán Burgos

 

 

Une trentaine de pièces seront exposées.

Je vous signale également que l'exposition "Dionysos & bacchantes" est un préambule à la prochaine parution de l'un de mes livres d'artistes

chez l'éditeur Fata Morgna cet hiver, avec un texte du poète Salah Stétie.

Vernissage 11H30

exposition d'un jour ouverte jusqu'à 19H

Mes sincères remerciements à Catherine Kolb, marraine de l'exposition.

 

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